Enfrentarme a toda una Tercera División y en un club tan asentado como el Club Deportivo Caspe suponía un experimento complicado a priori, del que luego, la verdad, salió muy bien porque acabamos muy contentos.
Éramos un equipo que jugábamos muy abierto, muy bonito.
Recuerdo que jugábamos con tres puntas porque teníamos tres excelentes delanteros como eran Perico, Emilio Suarez y Manolo Samper.
Tenían mucha libertad por mi parte porque siempre mi estilo de juego ha pretendido que el futbolista se divierta y tenga libertad para expresar toda la creatividad que sea capaz de tener, y creo que lo conseguimos.
Desde la portería con Domingo y Enrique.
Atrás teníamos un par de centrales que eran un valladar como eran José Luis Cartiel y Alfonso Garcés. Chus Aznar, José Manuel Rojas, José Manuel Sanz.
Luego, en el centro del campo, Roberto Pardos que, a pesar de que salía de juveniles, era un futbolista excepcional. José Manuel Pitarch, Moncho Comín… Seguramente me estaré dejando gente y me sabe mal… Gory Silva.
Era un equipazo. Yo disfruté muchísimo viéndolo jugar al fútbol.